Nuestro día a día

“El poderío granaíno: sembrando para la transformación social”

Como cada quincena, los pasados 11 y 12 de Marzo, tuvimos el placer de realizar la última sesión formativa de SaludFem con las personas que participan en las asociaciones de mujeres de las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, antes de que comencemos las sesiones artísticas del proyecto. Para cerrar esta etapa del proyecto, comenzamos refrescando los conceptos que hemos ido reflexionando y reforzando de manera transversal a lo largo de todas las sesiones: género, acceso/control, alegremia, rol comunitario, reproductivo y productivo, etc.

Este sendero formativo nos conduce, y dota de más sentido aún, a un término que todas estas mujeres llevan consigo: el “empoderamiento”, del cual hablamos en esta sesión y que nos lleva a recordar las raíces que nos han traído hasta aquí y las que, como mujeres, hacen que “nos respetemos y nos apoyemos las a las otras para lograr un cambio”, tal y como explicaba una de las participantes de Baza.

Ser conscientes de las desigualdades que engloban las distintas realidades que vivimos las mujeres y del poder que tienen nuestras voces para lograr una transformación de la misma, es un hecho por el que las participantes de este proyecto han formado parte desde hace años de sus asociaciones, en las que reúnen, debaten, se deconstruyen, se divierten, comparten experiencias y, sobre todo, luchan día a día.

A fin de conectar con posibles semillas de cambio para mejorar nuestra salud, comenzamos la sesión recordando aquellos deseos que las propias mujeres de las comarcas expusieron durante la primera sesión, como por ejemplo: tener más tiempo para mi; “realizar más actividad física y mental, aprovechando el entorno natural que rodea  mi comarca”; “tener un pensamiento positivo, no tener más culpa”; llevar un hábito de alimentación saludable” o conocer palabras para explicar lo que me pasa”, entre otras.

Tomando como referencia estas palabras, nos juntamos de nuevo a debatir para elaborar El árbol de la salud de las mujeres rurales»,es decir, un árbol gráfico donde realizamos un análisis crítico para la transformación social y equitativa en el sector de la salud. Los frutos de este árbol serán aquellos cambios que conseguiremos gracias a nuestras semillas, es decir, en lo que se refiere a las acciones que se proponen para alterar la realidad. En esta última sesión vamos a darle protagonismo y voz a esas semillas que queremos poner en marcha en sus diferentes niveles: personal, con ayuda de mi asociación y en mi entorno, con el propósito de dejar constancia y no olvidarnos de nuestros objetivos.

Reflexión de una de las mujeres de Huéscar

En pequeños grupos, estas mujeres cooperaron para construir con sus aspiraciones esas semillas que conspiraban deseos de encontrarse con ellas mismas y de fabricar espacios e infraestructuras donde pudieran realizar actividades tanto mentales como físicas, fuera de su entorno habitual pues como decía una de ellas : “no tenemos infraestructura para nada… bueno, nuestra cocina más o menos”. El anhelo de, como decíamos en la sesión anterior tener tiempo para tener tiempo, ha recobrado en forma de propuestas de talleres donde estas mujeres buscan sanarse por dentro con la creación de talleres de comunicación asertiva, cursos de motivación e información para asistir a los talleres ya disponibles, talleres de relajación, de nutrición, etc.

A su vez, proponen la creación de espacios para poder dejar a los niños y dedicarse tiempo para ellas, así como el uso de los recursos que ofrecen las empresas privadas, entre otras. En suma, “cada día es un día nuevo” decía una de las mujeres participantes, y reafirmando esta cita, recalcamos la idea de la importancia de organizar nuestro tiempo en actividades de calidad, de abarcar aquellos ámbitos donde podamos crecer con una calidad de vida saludable sin olvidarnos de nosotras mismas pues, como bien reivindicaban en Baza esta es mi vida y no pienso perderme ni una.

Escrito por: Irene Celada